Bienvenidos a LAS PÁGINAS VULGARES. Cositas periodísticas de Maurice Echeverría.

Patrocinio Plantation


Me encantaría hacer periodismo de viaje más a menudo…



De lo que jamás se puede quejar el guatemalteco: la riqueza natural de su país. Patrocinio Plantation es un discreto lugar en Retalhuleu para aquellos que buscan días introspectivos en medio de la vegetación.


Cuántas atmósferas, cuántas variaciones, tantos matices. El clima en Guatemala así lo dispone: son muchas las posibilidades para el viajante, y siempre hay una nueva opción por descubrir.

La finca Patrocinio Plantation, por ejemplo. Ubicada en Retalhuleu, esta reserva de 25 hectáreas distribuye un ambiente de calma, de lenta atención a la naturaleza.

Por el camino de tierra, entre sembrados y plantaciones, se arriba a la Casa Patronal; en ella se hospedará el interesado, talvez una pareja que sólo desea recogimiento, un escritor tras su cuartilla, un grupo de amigos...

Este proyecto, situado a 190 kilómetros de la vorágine espesa de la capital, es conducido por Mario Aguilar y su esposa Lorena Samayoa. Aguilar explica que se ha venido ideando desde hace unos doce años. Ambos afables reciben al visitante, para luego dejarlo estar a solas, inmerso en la devota vegetación subtropical. Patrocinio Plantation es sobre todo un proyecto interesante, al ser un modelo de convivencia entre ocio y agricultura, dos nociones más bien, si lo pensamos, antagonistas. También un modelo de convivencia entre las plantaciones programadas (café, cacao, macadamia, plátano, rambután, etcétera) y el bosque húmedo, crudo, espontáneo, apreciado al caminar entre los senderos. Estando tan cerca de la costa, el clima aquí tiene lo suyo de propio, de insular: mixtura de calor y frescura, Patrocinio Plantation es una finca situada de 2,450 a 2,750 pies sobre el nivel del mar. En invierno, todo es intenso y verde; el agua corre. A sólo siete kilómetros se ubican los volcanes Santa María y el novel Santiaguito (formado apenas hace un siglo, el 2 de noviembre de 1902, con una brusca erupción). Si está despejado, la fotografía es perfecta: el primero sirviendo de trasfondo al segundo, y éste en actividad, echando humo como lo haría un gran incienso.

Conviene bajar por la ladera continua a la Casa Patronal, hasta abajo meterse en el río Tambor, en el agua fría, que va obturando la tierra quemada entre piedras lívidas y pacientes. Saludable.

Un espectáculo auditivo interesante, por otro lado, incluso bastante místico para los más receptivos, es el que a ciertas horas ofrecen las chicharras, cuando todas juntas, solícitas, vibrando al unísono, lanzan su ininterrumpido, estridente, exagerado, impetuoso llamado. Lo que talvez empezó como un rumor se convierte luego en una densa experiencia sobrecogedora, tan sobrecogedora que termina por aturdir al espectador, como si se tratase de la banda sonora misma de la creación.

Muy cerca de Patrocinio Plantation se encuentra el sitio arqueológico Abaj Takalik.

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